HONRANDO EL DERECHO A DECIDIR

| Documento colectivo (edición: Emilia Torres) |

 

A partir de su experiencia al entrevistar mujeres que habían tomado la decisión de interrumpir su embarazo, Emilia Torres nos invita a explorar la forma en que las prácticas narrativas construyen conversaciones que pueden honrar la vivencia de mujeres en esa situación y acompañarlas en el proceso.

En el mundo, el aborto podrá ser considerado un debate legal, un dilema ético, o incluso, una cuestión religiosa. Dejando eso de lado, yo me preguntaba, ¿quienes son esas mujeres? ¿Qué sueñan, qué desean, qué es importante para ellas en sus vidas? Mi tesis de licenciatura me llevó a conocer a cuatro mujeres que habían interrumpido su embarazo y después de eso continué conociendo a más mujeres que habían tomado la decisión de interrumpir su embarazo en algún momento de sus vidas. A partir de estas experiencias, surgió la pregunta: ¿Cómo abordamos el tema de la interrupción del embarazo en terapia? Este texto es una manera de compartir mi experiencia como testigo al escuchar sus historias.

En el mundo, ocurren 213 millones de embarazos al año, de los cuales se estima que 85 millones no son planeados (aproximadamente el 40%). De estos embarazos no planeados, la mitad terminan en abortos inducidos, el 38% resultan en partos no planeados y el 12% restante en aborto espontáneo. Es decir que, se producen 56 millones de abortos provocados en el mundo al año (OMS, 2011). Esto es importante saberlo, porque conocer estas cifras nos sitúa en una realidad mundial: no todos los embarazos que suceden en el mundo pueden llevarse a término, las razones son variadas y diferentes, pero siempre igual de válidas.

Existen muchos mitos alrededor del proceso del aborto como tal, es por eso que la Organización Mundial de la Salud ha determinado las características de diferentes procesos determinados como aborto, y los divide en dos categorías: aborto seguro e inseguro. El aborto seguro ocurre dentro del primer trimestre de embarazo, por medio de un método recomendado (medicamento o AMEU), realizado por profesional médico capacitado, con consentimiento y bajo leyes que lo despenalizan. Por otro lado, el aborto inseguro (aproximadamente 22 millones en el mundo al año) se divide en dos: el “menos seguro”, que es realizado por personal capacitado con método poco seguro o con un método seguro, pero no realizado por personal capacitado; y el “nada seguro” que es realizado por personal no capacitado con método peligroso.

Estas definiciones y características del aborto, o interrupción legal del embarazo, son importantes para nosotras porque ejemplifican la cuestión principal, el aborto es un problema de salud pública, y garantizar el libre acceso a un aborto contribuye al derecho a la vida y a la salud sexual y reproductiva. Además, es un problema de clase social, ya que depende del lugar en el que vivas, si tienes el derecho o no, si eres criminalizada o no y si puedes tener acceso a un aborto más o menos seguro, en caso de que se penalice por las leyes del país donde vives: el 97% de los abortos inseguros suceden en países en desarrollo en Asia, África y América Latina (Guttmacher Institute, 2017).

Ahora bien, ¿cómo es la situación del aborto en México? Se supone que es legal en todo el país cuando el embarazo es producto de una violación, sin embargo, no porque la ley ya haya sido aprobada, significa que todas las mujeres que requieran el servicio van a ser atendidas, debido a las limitaciones de un servicio de salud precario como lo es el de México. Además, existen diferentes causales por las cuales se podrá acceder a un aborto legal y gratuito, las cuales varían de estado a estado, por ejemplo: riesgo de salud de la madre, malformaciones graves en el feto, inviabilidad económica, entre otros. El aborto voluntario es legal en la CDMX desde 2007 y en Oaxaca desde 2019. Los estados más restrictivos son Guanajuato y Querétaro, sin ningún causal aprobado, más que el de violación.

El servicio en la ciudad de México se puede ofrecer de forma pública y privada. Sin embargo, existe una falta de regulación y no hay registro de atenciones en clínicas privadas. También existe una falta de capacitación a proveedores de salud para ofrecer el servicio de manera adecuada, respetuosa y libre de discriminación, ya que solo se aborda el tema médico, no hay acompañamiento psicológico de ningún tipo. Además, la investigación en México, no tiene comparación con la que se ha llevado a cabo en otros países como Estados Unidos, Dinamarca, Suecia, Noruega; aquí solo aborda el ámbito público, y solamente datos y características del servicio en general. Otras investigaciones tienen baja calidad metodológica y se ven sesgadas por intereses religiosos.

 

Es importante saber el contexto del aborto, porque así podemos abordar el tema de una manera más adecuada y cercana a la situación actual. Dentro de la literatura científica que aborda este tema (journals, revistas científicas, libros, estudios psicológicos, entre otros) a lo largo de los años se han planteado principalmente dos posturas, y es importante abordarlas y estudiarlas tomando en cuenta la ideología y la teoría detrás, como lo explica la siguiente tabla:

El aborto siempre es un evento traumático y tiene consecuencias psicológicas negativas.

Las consecuencias negativas no son causadas por el aborto en sí, sino por los diferentes factores sociales y cognitivos que significan el aborto.

¿Qué ideologías hay detrás de estas posturas?

•       Intereses religiosos y morales

•       Postura política conservadora

•       Psicología tradicional basada en traumas, diagnósticos y la persona siendo el problema.

•       Sistema patriarcal en donde las mujeres no puedan decidir sobre su cuerpo.

•       Ideología feminista

•       Postura política liberal

•       Ofrecer servicios de salud de calidad y sin juicios

•       Terapia posmoderna y postestructural

•       Las mujeres deciden informadamente sobre su cuerpo.

 

 

Es decir, existen teorías e ideologías que son respaldadas por sistemas que han oprimido y discriminado a las mujeres por un largo tiempo, por eso es crucial que como terapeutas que escuchamos historias de aborto, cuestionemos esas posturas, abordemos el tema y formulemos preguntas que deconstruyan y no apoyen estas ideologías. Dentro de las Prácticas Narrativas, les llamamos discursos dominantes, y durante las entrevistas, encontramos los siguientes ejemplos:

Discurso dominante

¿Cómo lo encontramos en los discursos sociales?

¿Cómo afecta en la vida de las mujeres?

Criminalidad

“Es un asesinato, la vida empieza desde la concepción.”

“El aborto siempre es un crimen, no importa la razón.”

– Es ilegal, las mujeres son criminalizadas.

– Si es que pudieran conseguir el servicio, su vida peligra.

Maternidad

“Es imposible que una mujer no desee ser madre.”

“Una mujer no está completa hasta que no es mamá.”

– Estereotipos de género

– Relaciones de pareja

– Relaciones familiares

Sexualidad

“Para qué tienen relaciones sexuales si no se hacen cargo de las consecuencias.”

– No todas las mujeres tienen información sobre sus derechos sexuales y reproductivos.

– Discriminación y juicio por parte de servicios de salud

Las mujeres deben cuidar a los demás.

“Las mujeres que abortan toman la decisión a la ligera y son egoístas.”

“No se le puede quitar a una persona indefensa el derecho a nacer.”

– Estigmatización social del aborto.

– Tener que enfrentarlo y vivirlo sola sin red de apoyo.

Religioso

“Hay que tener lxs hijxs que dios nos mande”

“Es un pecado, dios jamás te va a perdonar por ello.”

– Creencias morales y religiosas que juzgan las decisiones de las mujeres.

– Formación de organizaciones “Anti-derechos”, acoso fuera de las clínicas.

 

 

El cuestionar y deconstruir los discursos dominantes, siempre genera en las conversaciones destellos, eventos e historias alternativas dentro de las vidas de las mujeres que podemos ir descubriendo poco a poco e ir haciéndolas cada vez más grandes e importantes. Desde los mapas de reautoría y ausente pero implícito, pudimos construir varias historias preferidas. Por un lado, desde la reautoría, el modo en que el evento se comprende y se interpreta implica una diferencia importante respecto a las consecuencias en la vida de las personas (Carey y Rusell, 2004) entonces, pensamos en preguntas como: ¿Cómo consideras que tu manera de reaccionar te cuidó? ¿cómo podríamos honrar tu manera de enfrentar esa situación?

Por otro lado, desde el ausente pero implícito, cuestionamos la práctica común de desarrollar una sola historia que totalice y determine la forma de significar una experiencia en nuestras vidas. Si averiguamos sobre lo que no ha sido nombrado (que pareciera estar “ausente”) entendemos que hay historias, valores, sueños, esperanzas, habilidades que están implícitas en la vida de las personas y que podemos hacer explícitas a través de las preguntas. A pesar de que en su momento no fueron reconocidas, el identificarlas, le da un significado diferente a su experiencia, a su vida y a la historia preferida que está construyendo, es decir, permite la re-vinculación con la historia en sus propios términos. Algunas preguntas que hice en este sentido fueron:

 

 

¿Qué estabas valorando o protegiendo cuando tomaste la decisión? ¿Qué crees que tu decisión de interrumpir el embarazo representa sobre lo que es importante para ti?

  • “Yo NO quería ese camino, no era lo que seguía en mi vida. En el fondo sabía que mi voz es lo más importante… no podía ofrecerle la vida que cualquier ser vivo merece. Por eso odio que les llamemos “pro-vida”, porque yo le di tanta importancia a la vida digna de ese posible hijo que decidí no tenerlo”
  • “Me importaba mucho no ser una decepción para mis padres, no quería ser una carga para ellos, pensaba en qué iban a decir de mí las demás personas. Creo que en realidad siempre supe que no quería tenerlo, pero el miedo y la culpa me afectaban muchísimo para sentirme bien con mi decisión.”
  • “Tomé en cuenta mi sueño de seguir estudiando, no era un momento adecuado, no quería dejar la escuela, me faltaban muchas cosas por aprender primero para poder ser una buena mamá.”

 

¿Qué recursos o fortalezas que tienes crees que te ayudaron más a afrontarlo?
¿Qué podrías decir que has aprendido de ti después de haberlo vivido? ¿Qué crees que tu decisión de interrumpir el embarazo representa sobre lo que es importante para ti?

  • “Te podría decir que, si volviera a vivir, no lo quitaría de mi vida, me ha convertido en la persona que soy ahora. No me avergüenzo ni me arrepiento. Me refiero a que, si no hubiera vivido yo todo eso, no sería yo.”
  • “Aprendí que siempre va a valer más lo que tu quieras, es tu cuerpo, no importa lo que diga el papa, el presidente o tu novio. La que importas eres tu. He aprendido muchísimo de mi misma, me dio fortaleza, me hizo responsable y me enseñó a valorar mi propia valentía.”
  • “Me dio mucha tranquilidad cuando le dije a dios: ‘Gracias por darme este cuerpo, pero soy yo la que decide cuando.’ Me sentí muy fuerte, no tengo miedo, y de hecho cuando voy a la iglesia, pido por él o ella, por todo lo que me enseñó: ‘gracias, viniste por algo, no te pudiste quedar, pero gracias’.”
  • “Entendí que el haber tomado esa decisión se ve reflejada en la persona que soy ahora, estoy orgullosa de todo lo que he logrado por haber escogido el camino que yo quería.”

 

¿Hay alguna persona que valoraría la manera en la que has enfrentado esta situación? ¿Qué crees que te diría esa persona? ¿Qué crees que ahora es diferente en tu vida?

Al hacer estas preguntas, fue muy significativo encontrar que la mayoría se relacionaban con el apoyo de otras mujeres, y re historiar la manera en la que nos unimos:

  • “Algo que cambió para mi fue la relación con las mujeres, pude encontrarme de otra manera con ellas. Me hizo pensar que estamos juntas en la lucha, porque en la página de internet, había muchos testimonios de otras chicas, me sirvió mucho para saber que no estaba sola, creo que puedo decir que estamos todas orgullosas de todas.”
  • “Creo que fue importante contarle a mi amiga porque necesitaba escuchar “todo está bien” de alguien que no fuera yo, creo que ella valora mi determinación al poder ser valiente y hacerlo a pesar de que tenía muchas cosas en contra.”
  • “Mis amigas nunca me cuestionaron, siempre me apoyaron y fue crucial para mi que alguien que yo admiraba, me respetara y respaldara mi decisión.”
  • “Ahora valoro muchísimo a todas las mujeres que pelearon para que yo pudiera decidirlo sin ser criminalizada. Para que yo pudiera tomar esta decisión, hubo muchas condiciones que me lo permitieron, tuve la suerte de vivir aquí. Me gustaría que todas las mujeres tengan ese derecho.”

 

El contexto aísla a las mujeres, la falta de una red de apoyo y de espacios para hablarlo convierte la experiencia en algo solitario, es por eso que las historias de aborto tienen una incidencia política. Las historias dominantes tienen mucho poder todavía, por lo que algunas mujeres tal vez no se sienten cómodas hablándolo, es por ello, que se nos ocurrió crear un documento colectivo[1] para poder compartirlo y que pudiera hacer una diferencia en la vida de otras mujeres. En el documento, registrábamos las respuestas a las preguntas anteriores, además de: ¿Que le dirías a una mujer que se encuentra en un momento parecido al que tú estuviste? ¿Qué te ha ayudado a ti en tu experiencia a afrontar esta situación? ¿Cómo te sientes al pensar que tu experiencia le puede ser útil a otras personas?

Después de compartirlo, estas fueron algunas de las respuestas que recibimos:

“Leer el documento fue muy valioso, me hizo pensar que la respuesta a todo en esta vida pareciera estar en escuchar a otras mujeres. Escuchar sus sentimientos, sus ideas, las razones por las que decidieron eso. Siento que el documento puede sustituir a una amiga cercana que te está apoyando.”

“Me llamó mucho la atención la importancia de apropiarnos de nuestras historias, porque al hablar del aborto, nunca había podido expresarme en plural, y eso creó un sentimiento de comunidad. Me conmovió el pensar que a veces lo tenemos que hacer solas como acción de autocuidado, pero podemos estar juntas al compartir nuestras historias así.”

“Fue como si un grupo grande de mujeres me gritara: “¡no estás sola!” Aprender de las historias de las demás, sentirme identificada con ellas. Me hizo sentir muy acompañada, podía sentir que escuchaba sus voces, aunque no estuviera ahí. Me puse a pensar en que creo que puede hacer una diferencia en las mujeres que ya tomaron la decisión pero por todo el estigma social se sienten preocupadas o con miedo, es una manera de que estemos cerca.”

Todas las mujeres que han abortado son únicas, con características y valores diferentes, con ideas y sueños distintos, pero lo que las une a todas es que ninguna tomó la decisión a la ligera, consideraron con responsabilidad sus opciones. Comprenden el peso de la maternidad y lo valioso que es traer a un ser humano al mundo, y por lo tanto decidieron no hacerlo porque no podrían ofrecerle lo que merecía. En Estados Unidos, se fundó el movimiento Shout your abortion que cree fielmente que el aborto no es un debate, que las historias de aborto las han de contar las mujeres mismas y cada una de sus historias contribuye a la lucha por la despenalización del aborto en todo el mundo. Nuestra postura como terapeutas debe de estar centrada en los pilares de las Prácticas Narrativas, las mujeres son expertas en sus vidas, tienen habilidades que utilizaron para enfrentar la situación, durante el proceso realizaron acciones de resistencia para protegerse y cuidarse y para poder construir y tejer una historia alternativa y preferida, la postura del terapeuta debe ser descentrada pero influyente.

 

Mexfam: www.mexfam.org.mx

Marie Stopes: www.mariestopes.org.mx

Fondo María www.fondomaria.org

Católicas por el derecho a decidir: www.catolicasmexico.org

 

REFERENCIAS

  1. American Psychological Association, Task Force on Mental Health and Abortion (2008) American Psychological Association
  2. Guttmacher Institute (2017) Abortion in Lattin America and the Caribbean. Guttmacher Institute Journal
  3. White (2000) Re vinculándose con la historia: lo ausente pero implícito. (Traducción: Marta Rivera) Adelaide: Dulwich Centre
  4. Olavarrieta, C y García, S. (2011) Women’s experiences of and perspectives on abortion at public facilities in Mexico City three years following decriminalization. International Journal of Gynaecology and Obstetrics, 167- 174
  5. Organización Mundail de la Salud (2012). Aborto sin riesgos: guía técnica y de políticas para sistemas de salud. Ginebra, Suiza.
  6. Russell y M. Carey (comp.) (2004). Narrative therapy: responding to your questions. Adelaide: Dulwich Centre Publications.
  7. World Health Organization (2017). Global, regional and subregional classification of abortion bay safety, 2010-2014. The Lancet, 23722381

 

[1] Si te interesara leer el documento colectivo, escribe a emiliatd@icloud.com

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