RELATO DEL CONVERSATORIO “CONVERSACIÓN DESDE LOS MAPAS DE EXTERNALIZACIÓN Y RE-MEMBRANZA SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD MASCULINA EN LA VIDA DE TRES HOMBRES DEL NORTE DE MÉXICO”

| Compilado y redactado por Carlos Soto |

| Revisión de estilo: Luis Enrique Aguilar Araoz |

 

 

Carlos Soto es ex-alumno del Diplomado en Terapia Narrativa en línea de Grupo Terapia Narrativa Coyoacán, coordinado por Alejandra Usabiaga y Ana Solís. En su trabajo final nos relata lo que se habló en un conversatorio que tuvo con tres hombres más, en el que, basándose en líneas de cuestionamiento de externalización, toma de postura y re-membranza, intercambiaron sus ideas y experiencias personales respecto a la identidad masculina.

A finales del año 2020 nos reunimos cuatro hombres, en alguna ciudad del norte de México, para conversar sobre la construcción de nuestra identidad masculina y para explorar cómo algunas personas significativas fueron parte importante de esta construcción. Para ello, recordamos distintas etapas de nuestras vidas, sirviéndonos de las herramientas de la terapia narrativa, del humor, de la transparencia y, sobre todo, de la sensibilidad.

 

Tal como señalan las ideas de Luis Bonino (2002), durante la conversación fuimos conscientes de que trabajar con nuestra masculinidad puede implicar resistencias, por lo tanto, se requiere una revisión y una flexibilización de nuestra identidad. Asimismo, fue notorio que cada uno como individuo resaltamos la importancia de mantener una masculinidad en construcción, y coincidimos en que era necesario introducir nuevos ideales, valores e intereses como hombres con la finalidad de descubrir y legitimar masculinidades contrahegemónicas y alternativas, tomando en cuenta a otros hombres que representan, desde diversos roles, posturas y perspectivas, esta misma búsqueda.

A partir de lo anterior, hablamos sobre ese modelo de masculinidad hegemónica con el cual hemos tenido que lidiar a lo largo de nuestras vidas, y cada participante describió la dificultad que conllevaba eludir sus mandatos, dejar de escuchar sus cuestionamientos sobre nuestra persona, evitar sus intentos de estigmatizarnos e invalidarnos, desplazar su influencia deprimente y de duda y sus intentos de convencernos de dañar, invadir y dominar a otras personas. Coincidimos en que nosotros preferimos buscar y ejercer modelos de masculinidad contrahegemónicos y/o alternativos. También nos pudimos dar cuenta de que esta masculinidad hegemónica intenta reducir nuestra inmensa gama de expresiones humanas a unas cuantas características y, para ello, se vale de muchos medios y estrategias que suelen tomar la voz de los grupos y las personas que nos rodean.

 

Al reflexionar sobre esta amplitud de expresiones, tuvimos oportunidad de explorar gratamente las áreas de nuestras vidas en donde la masculinidad no ha logrado ejercer su influencia o donde hemos logrado ponerle un alto a tiempo, y descubrimos que en el matrimonio, en la paternidad, en nuestras vidas sexo-afectivas, en nuestras identidades y expresiones de género, y en la exploración de nuestro despertar sexual logramos con cierto grado de éxito evitar que se inmiscuyera.

 

Para lograr lo anterior, nos percatamos de que ha sido de mucha ayuda dejar de participar en conversaciones que tuvieran matices y tonos machistas. De igual forma, destacamos la importancia de confrontar y llamar la atención a personas que reproduzcan algún discurso permeado por la masculinidad hegemónica, esto con el propósito de enfrentar situaciones con las que no estemos de acuerdo. Aunado a esto, a partir de la propuesta de uno de los participantes, sirvió hacer el ejercicio imaginario de ponernos una máscara que se adecuara a diferentes situaciones, pues se volvió evidente entonces que convenía más pensarnos como seres que responden a cierta fragmentación más que a una identidad única y sólida. Sobre este último ejercicio, rescatamos y transcribimos una ampliación de la idea:

Se me hace más fácil pensar en mí como un ser fragmentado. Cuando más duro soy conmigo es cuando intento pensar en mí como de una forma total y absoluta. […][Así puedo] hacer las paces con los fragmentos que a momentos se manifiestan.

Al pensar en las áreas que se han modificado con el trabajo sobre nuestras identidades masculinas, encontramos que nuestras vestimentas, las prácticas en el matrimonio y nuestras relaciones familiares y de amistad se han visto beneficiadas por nuestra reflexión y constante cuestionamiento a las influencias de la masculinidad hegemónica. En continuación con esta idea, y con el ánimo de ampliar en nuestras historias, durante la entrevista elegimos a una figura significativa que influyó en la creación de nuestra identidad masculina. Así pues, los participantes, respectivamente, eligieron hablar sobre la figura del padre, del maestro de la preparatoria y del hermano mayor.

A continuación, repasaremos algunos extractos de lo que descubrimos en las exploraciones individuales desde el mapa de conversación de re-membranza (los extractos están redactados en primera persona, a manera de paráfrasis, para brindar cierta familiaridad a la lectura y acercar la voz de los participantes a quien lee, no obstante, los fragmentos escritos en cursiva presentan citas textuales).

 

Entrevista sobre mi padre como figura significativa en la construcción de mi identidad masculina

Una recomendación de mi padre, que vi como un empujón, llegó a marcar mi obra creativa y artística. Me llevó a ver a la gente con empatía y a conectar con ella y, al ver la obra, me di cuenta de que también quiero decir esas cosas, que también soy eso. Me refiero a la gente común, al pueblo, a la raza, a la gente que no es artista. Y gracias a este empujón comencé a dirigir mi obra a este público.

Ahora recuerdo un momento en que le presenté una obra de mi creación, en la que él está presente, y que al mismo tiempo representa un trabajo reflexivo y de desafío a la masculinidad hegemónica. Mi padre me vio tan bonito, tan bonito, así como yo creo que yo veo a mis hijxs. Y justamente esa parte del macho, del hombre, del patriarcado hegemónico no le permitía expresarse de esa manera, y se levantó y me vio así con ojos llorosos y me dijo: ¿te puedo dar un abrazo? Gracias a eso, y ahora que lo recuerdo y platicamos sobre esto, me puedo dar cuenta de que mi padre me ve como alguien creativo, talentoso y propositivo.

Yo creo que mi padre, al ver esta obra, se sintió querido, admirado y respetado. Y puede que incluso, al pensar en su papel como padre, haya llegado a la conclusión de que no lo ha hecho tan mal, testigo de esto es un reciente regalo que me hizo y que me facilitará comenzar con un proyecto relacionado con mi patrimonio familiar. Quizá también mi padre, luego de ver mi obra artística, aprecie que de él heredé ese artista que él lleva dentro.

 

Entrevista sobre mi maestro de preparatoria como figura significativa en la construcción de mi identidad masculina

La relación con mi maestro se limitó al cubículo que compartíamos mientras yo hacía el servicio de becario y durante las clases en el aula, físicamente hablando. Pero su influencia trascendió hasta llegar a otras áreas de mi vida y a otros tiempos, incluido el actual.

A través de sus cuestionamientos a mi ser social, él me llevó a cultivar otra forma de ser, de pensar y de actuar. También me impulsó a probar nuevas cosas, a explorar nuevos pensamientos y nuevas formas de ser, esto se reflejó en cambios en mis prácticas de vida, en mis intereses y en mis relaciones. Me enseñó a frenar y pensar que cada cosa que iba a hacer o decir iba a tener una consecuencia en los demás y en mi cultivo personal. Al ser este maestro un hombre que tenía unos dotes y características tan distintas al hombre que ejerce la masculinidad tradicional, al presentarse como un ser masculino de otro carácter, me llevó a cuestionar el empeño que le dedicaba a mis intentos por ser parte de los grupos reclutados por (y que reclutan para) la masculinidad tradicional, me hizo considerar lo chingón que podría generarse si usaba esa energía en otro tipo de esfuerzos.

Él posiblemente veía en mí a una persona sensible y pensante, y supuso quizá que, si me cultivaba y no me dejaba llevar por la inercia, podía llegar a ser una persona brillante y destacable. Visto ahora con perspectiva, también pienso que él recibía estas conversaciones con agrado y satisfacción a sabiendas de que brindaba una piedra importante para el cimiento de la persona que ahora soy y de lo que sigo construyendo, quiero decir que es probable que desde entonces él ya fuera consciente de ello al ser parte de su búsqueda e intención como docente. También pienso que nuestra relación pudo haber afilado sus habilidades para detectar las señales que hay en una persona valiosa, por eso considero probable que como resultado de todo esto el maestro haya reafirmado su sentido como docente al encontrar alumnos que valoran lo que hace, incluso puede que haya entendido que todo vale la pena cuando se trata de cultivar su pasión.

 

Entrevista sobre mi hermano mayor como figura significativa en la construcción de mi identidad masculina

De mi hermano, en una etapa adolescente y de elección activa de mi identidad, aprendí esto que él hacía de darse chance de explorar tanto en su manera de expresarse, lo cual me parecía deslumbrante. También podría ser que la valentía sea otro elemento que nuestra relación me haya aportado.

Considero que mi hermano podría estar orgulloso de mí por esa valentía que ahora muestro y por mi carrera, tanto la que elegí como profesión como por lo que he hecho hasta hoy. Creo que mi hermano quiso estudiar algo distinto y más cercano a las artes y la cultura, como literatura, y en ese sentido podría ser que él esté lográndolo conmigo.

Pienso que con mi hermano el ambiente en el que me muevo o mi círculo o lo que hago, pues, y mi discurso artístico también son ideas que compartimos de algún modo, como si algunas de sus ideas pudieran estar tomando vida en mis creaciones y obra artística. También, creo que puede ver en mi trabajo la madurez que pude haber alcanzado y la autonomía que puedo tener, lo cual puede representar una especie de confort o liberación para él, en el sentido de que ya no tiene que cuidarme más.

Confirmación de que esas ideas son valiosas, y que son como vigentes e importantes es el hecho de que yo ponga en escena ciertas ideas que tienen que ver con lo que él me enseñó o con lo que él significó para mí, por la importancia y la relevancia que tienen y que pueden tener para la gente.

 


Notas finales del facilitador de las conversaciones

La experiencia de participar en estas conversaciones enmarcadas en el diplomado en terapia narrativa del GTNC fue muy satisfactoria y removedora. Satisfactoria en el sentido de que disfruté mucho este encuentro sensible con muy queridos hombres que accedieron a ser parte de ella y removedora porque nos permitimos tocar esas fibras de nuestra historia y de nuestras emociones que no fácilmente salen a la superficie. Al mismo tiempo, también nos permitimos ser tocados por las historias que los otros hombres nos compartían, lo que resultó en un intercambio muy emotivo. Como facilitador he de confesar que me quedé con muchas ganas de participar respondiendo a estas mismas preguntas y compartiendo mi historia también, lo cual no sucedió por el rol que se requería de mí en ese momento y porque ello hubiera alargado más el ya duradero encuentro de alrededor de tres horas. Quedará pendiente para otro momento.

 

 

 

Referencias

Bonino Méndez, Luis. «Masculinidad hegemónica e identidad masculina». Dossiers feministes, [en línea], 2002, n.º 6, pp. 7-35, https://www.raco.cat/index.php/DossiersFeministes/article/view/102434

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